«Colombia superó, con la muerte de Pablo Escobar, una época de extremada violencia y terror. […]
La era de Pablo Escobar fue símbolo de devastación física y moral que, como muestra la obra de García Márquez, redujo a los colombianos de bien a la condición de víctimas en unos casos o de inermes espectadores en otros. Eminentes hombres públicos, jueces, periodistas, policías, militares e inocentes ciudadanos del común fueron inmolados en estos años cuyo balance dejó secuelas nefastas que continúan afectando la vida nacional en forma directa e indirecta.
Desde el punto de vista del colombiano que padeció y aún padece esta penosa realidad en que nos ha sumido el narcotráfico y la inmensa gama de delitos conexos, la lectura de la obra de Gabriel García Márquez es un hurgar en viejas heridas que aún se lamen con desconsuelo. Pero el lector extranjero, desprevenido, ajeno a lo que ocurre en Colombia recibe, de improviso, un relato que, de manera cruda y despiadada, lo introduce en el mundo sórdido y desesperado en que viven secuestrados y secuestradores y que, sin contar con los antecedentes necesarios, no acierta a asimilar en toda su magnitud.
Por esta razón, el libro del doctor Díaz Arenas, destilado con rigor académico e inspirado por su admiración y profundo conocimiento de la obra garciamarquiana, es eminentemente aclaratorio.[…] Constituye una guía adecuada para que los lectores desprevenidos se formen una idea más completa del entorno y demás personajes que surgen o se mencionan a lo largo del desarrollo del drama de los secuestrados y sus familiares.
En el trabajo del doctor Díaz Arenas, prima más un sentido de orientación y guía de lectura que el de una simple recopilación documental, no obstante que la obra fue antecedida por múltiples consultas al vasto inventario referencial sobre el tema, así como de las normas legales que se mencionan. El estudioso guarda, en todos los casos, un estricto manejo de las fuentes documentales que sirvieron de punto de referencia para la concepción, estructura y desarrollo temático de la obra, con lo cual la producción del doctor Díaz Arenas adquiere una autoridad indiscutible.
Es de resaltar, finalmente, que el “glosario” de términos que se incluye en las últimas páginas del libro, proporciona informaciones adicionales de enorme utilidad para el lector inquieto que desee ahondar en el tema.»