En el presente libro se perfilan las múltiples dimensiones del concepto estético de "representación" en los autos sacramentales de Calderón. Esta idea, que ha hecho presa en el pensamiento posmoderno, culmina en el teatro calderoniano mediante procedimientos intelectivos profundamente arraigados en la filosofía, la teología y el arte. En una España contrarreformista que defendía la "representación" del sacrificio del Calvario en el del altar, y en una Europa en vísperas de la modernidad en la que Descartes (igual que Velázquez) cuestionó la semejanza entre representación y lo representado, Calderón resuelve las grandes dificultades de escenificar en las tablas de la plaza pública la transubstanciación en términos de una desvelación o "representación".
A la vez que sintetiza el arte y pensamiento de los autos en general, el presente estudio analiza un puñado de autos en particular para así presentar al lector tanto la "teoría" como la "práctica" de estas piezas trascendentales. La aproximación de este libro rechaza el tópico decimonónico que pinta a Calderón como "dramaturgo de la Escolástica" o "voz de la Inquisición" para apreciar en su arte un teatro experimental y existencialista que anticipa prácticas de autores y directores vanguardistas o contemporáneos. El lector conocerá a un dramaturgo y un género teatral multifacético y asombrosamente vigente para nuestra condición posmoderna.
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