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«La gran sultana es una obra extremadamente compleja; muchos son los "grandes temas" que Cervantes expone a lo largo de las tres jornadas, complicando además con un juego de encajes la interpretación "lineal" de la comedia. Cuando se llega a individuar un hilo conductor, es fácil perderse entre las numerosas alusiones a otros hilos que se cruzan con el primero, enlazando motivos de una manera tan estrecha, que sólo aislando una serie de "secuencias" he conseguido analizar algunos de los temas que aparecen en la comedia. El conflicto religioso y el conflicto amoroso se imponen, por su intensidad, desde las primeras escenas; en dichos temas se insertan una serie de motivos: el de la ley el del temor y el del disfraz, que recorren la comedia, configurando la evolución de la temática másd compleja: la definición de la identidad; estos motivos han resultado fundamentales, ya que aparecen en lugares privilegiados estructuralmente. [...] Cervantes presenta tres tramas en lugar de dos, evita el paralelismo entre el gracioso y el galán, confiando la comicidad a diversos personajes; y el autor, como un narrador omnisciente, mueve los hilos de la ficción, usando las acotaciones para ocultar al público informaciones importantes en el momento de descodificar lo que realmente está sucediendo en el escenario. El resultado es una comedia que invita a reflexionar sobre tres historias "atípicas" y sobre los mensajes que las novedades de Cervantes canalizan. Por eso he decidido analizar cada una de las tres tramas, siguiendo de cerca la evolución de tres personajes que las protagonizan: Catalina, Lamberto y Madrigal.»
Agapita Jurado Santos
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