«Mito clásico y ostentación» se dedica a una parte sumamente interesante de la obra de Calderón, los dramas de corte de contenido mitológico. Los dramas mitológicos de Calderón representan, dentro de la historia del teatro, un caso muy particular. Concebidos para ocasiones dinásticas concretas, no parecían ser hechas para sobrevivir al día de su estreno. Sin embargo, no fue así, ya que disponen de un potencial de significación que enlaza al teatro cortesano con el mundo humano y divino, a la historia con la eternidad. El teatro de corte se hace no solo portavoz de la progaganda dinástica sino también del fondo ideológico de la España del siglo XVII. Calderón dotó las primeras óperas españolas de un sentido filosófico y moral muy profundo. Este sentido no se revela, como en los autos sacramentales, por personificaciones alegóricas, sino por las acciones dramáticas de las figuras conocidísimas de la mitología clásica, Psiquis y Cupido, Eco y Narciso, Hércules, Ulises, etc. El ejemplo más sofisticado de la aplicación de su filosofía al mito se encuentra en la fiesta doble Eco y Narciso y El monstruo de los jardines, de una estructura rigurosamente paralela. Confronta al auditorio de la época, en una fiesta de corte, dotada de efectos efímeros del más alto nivel, con los problemas centrales de la vida cristiana, el libre albedrío y la predestinación, el pecado y la salud. El presente estudio, versión ampliada de su original en alemán, ofrece al lector el panorama de un teatro que, por su carácter cortesano como por su intrínseco sentido filosófico, puede considerarse como género representativo del barroco español.