Entre los autores del Siglo de Oro, a Ruiz de Alarcón se le ha asignado una posición especial, tanto por su "biografía atormentada" -en palabras de Oleza- como por su reducida producción dramática. Ésta abarca escasamente unas veinte obras y presenta características particulares, muy estimadas hoy en día. Otro dramaturgo de la época, Juan Pérez de Montalbán alaba la facultad de Alarcón para disponer sus comedias "con tal novedad, ingenio y extrañeza, que no hay comedia suya que no tenga mucho que admirar y nada que reprehender".
La situación de partida para esta comedia es el empeño de Doña Inés en cumplir el testamento de su padre fallecido, consistente sólo en un pliego con una única frase: "Antes que te cases, mira lo que haces".
«La lucha, por lo tanto, no se establece entre SER y PARECER, uno de los opuestos más fuertes e ideológicamente fundamentales del teatro barroco. En efecto, el espectador sabe desde el primer momento que se trata de "engaños", y quien es su autor; es decir el problema no estriba en la duda acerca de la verdad. En el texto de Alarcón lo fundamental no es establecer la verdad misma, sino seguir el juego del procedimiento en sí, y utilizo el término en las dos acepciones de "desarrollo de la trama en la escritura", y de "actuación por trámites judiciales". Lo que interesa, así, es la progresiva adquisición y despliegue de las pruebas, que pueden, sin embargo, ser mentirosas o presentarse con el fin de despistar.»