Lope de Vega
La quinta de Florencia
Ed. Debra Collins Ames. 1995, x, 226 pp. Hardcover.
(Ediciones críticas 65)
ISBN: 978-3-930700-36-3
€ 38,-

 

En la comedia La quinta de Florencia, Lope usa la violencia sexual para marcar el punto más bajo de la moral de una ciudad. Ambientando la trama a principios del siglo xvi, en la Florencia del Duque Alessandro de’ Medici, Lope establece una correlación sutil entre el declive moral de la ciudad y la autoridad debilitada del Duque para mostrar cómo la falta de respeto a la moral y a la autoridad crean una situación de caos social, donde ni los ciudadanos ni los soberanos están seguros.

El cuadro inicial: de noche, acompañado por dos cortesanos y su secretario, el Duque de Florencia, Alejandro, da un paseo por la ciudad, «Hermosa ciudad Florencia», para ver y oír de cerca los problemas de sus ciudadanos. Este paseo nocturno les permitirá observar situaciones que son señales del desorden moral y social: así, encuentran a un cortesano conocido con una mujer ligera; ven a dos caballeros a punto de duelarse porque cortejan a la misma mujer. Y también el Duque nota que su secretario, César, está más silencioso de lo habitual. Éste le oculta el motivo de su melancolía: el rechazo de Laura, la heroína, una muchacha de clase baja que es objeto del deseo de César. A lo largo de la obra, la melancolía de César se trasformará en obsesión y se volverá agresiva... El caos moral culmina en el secuestro y la violación de Laura, cuya tragedia privada deviene a la vez un barómetro de la corrupción, revelando que las lacras sociales amenazan hasta a la autoridad. Y será el molinero Lucindo, padre de Laura –otro representante de la autoridad–, quien pedirá justicia al Duque.
La estructura base de la comedia –un noble abusa de su poder y viola a una mujer, pero el soberano interviene personalmente en interés de la víctima– muestra La quinta de Florencia como posible precursora de Fuenteovejuna y El mejor alcalde.

Según confirma la editora Debra Collin Ames, La quinta de Florencia (conocida también bajo el título El primer Medici) fue escrita hacia 1600. Como texto base la editora escoge el de la Segunda parte, Madrid 1609. En la introducción la editora analiza en detalle la relación entre la comedia y sus fuentes en prosa –una novella de Bandello y su versión francesa de François de Belleforest en Histoires tragiques–. Además, Ames ofrece un análisis de los personajes protagonistas teniendo en cuenta dichas fuentes. De este modo se puede observar que la jovencita casta de Bandello y Belleforest se convierte en el texto de Lope en una mujer compleja con comportamientos contradictorios que reflejan los de figuras femeninas clásicas: la resistencia de Lucrecia, la ideología de Daphne y la sensualidad de Venus. Al protagonista sin nombre de las fuentes, Lope le da un perfil completo: un nombre –César–, una profesión (según los tratados de la época, el puesto de secretario requería tener una conciencia inmaculada, control de las pasiones y llevar una vida irreprochable), un estilo de vida y un temperamento que le predispondrán a un descenso en espiral. Siguiendo la teoría de los humores, el trato excesivo con documentos le seca la mente y la concentración rigurosa le provoca estados melancólicos y fijaciones; el amor le enferma y le vuelve loco; pero el verdadero disparador será su obsesión por un cuadro de Venus y Adonis. Por estas razones, César perderá el control sobre sí mismo. Al tercer protagonista, al personaje del Duque, Lope lo embellece por motivos artísticos y políticos, presentándolo como ejemplo de autocontrol y castidad. Tanto la caracterización del Duque como el final arreglo de casamientos, que señala la restauración del deshonor individual y del orden social, muestran las complejas y ambiguas relaciones entre Lope y el poder.