El auto sacramental El veneno y la triaca es una de las piezas incluidas en muchas antologías del siglo XX. Fue escrito hacia 1634 y compuesto en estrecha relación con la primera versión de El divino Orfeo, con el que comparte unos 440 versos. Dos décadas más tarde, Calderón volvió al esquema argumental de El veneno y la triaca y compuso La cura y la enfermedad, obra de mayor complejidad y esplendor escénico.
El veneno y la triaca aparece como una representación alegórica de la historia teológica de la salvación del género humano dividida en tres fases: el estado de inocencia en el paraíso, la caída en el pecado original y la redención de Cristo con la instauración de los sacramentos, particularmente del sacramento de la Eucaristía. Calderón escribió numerosos autos donde desarrollaba esta idea de la historia teológica de la humanidad, como ocurre con El pintor de su deshonra, las dos versiones de La vida es sueño, La cura y la enfermedad, y otros más.
El veneno y la triaca se ha trasmitido en cuatro manuscritos y siete ediciones, de las cuales la única relevante es la de Pando.
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