Fernando J. Pancorbo Introducción pp. 1-6 |
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En esta ocasión, los trabajos reunidos en este volumen fijan su atención, en un primer momento, en dos aspectos metaliterarios que resultan de especial interés para poder completar, no solo el entendimiento de obras concretas de la literatura áurea, sino para poder delinear una visión general en relación con la concepción de la prosa, la poesía y el teatro barroco. La oralidad y la sonoridad resultan dos cuestiones que tuvieron y tienen una importancia capital en el contexto literario de la Europa renacentista, pero que, debido a su carácter efímero, han pasado relativamente desapercibidas. En este sentido, basta con recordar las palabras de William Nelson, quien apuntaba que «libros de todos los tipos concebibles, ya en prosa, ya en verso, comúnmente se leían en voz alta, a veces por el autor mismo, a veces por miembros de una familia, que se turnaban, a veces por un lector profesional». Es precisamente éste uno de los nudos desde el que parten buena parte de las contribuciones que conforman esta obra coral, los cuales se centran de manera concreta en la proyección sonora de los textos, cómo podían ser leídos y, evidentemente, cuán importantes eran las marcas relativas a cómo debían escucharse, cuál debía ser la adecuación entre texto, sonoridad y oralidad…
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